viernes, octubre 23, 2009

Los sueños extraños

Esta noche no recuerdo muchas cosas, pero si a partir de cierto momento en el que me volví a dormir.

Estaba en un campamento o encuentro con otra gente. Nos teníamos que ir, así que de la habitación con literas, baje las escaleras y allí había gente, con mochilas y demás. Estaba en un salón con decoración antigua cuando, de repente, las paredes comenzaron a girar y el salón se transformo en una especie de tren del que no vi nada ya que estaba el primero frente al parabrisas. Me extraño que el tren viajaba sin vías por delante, sobre la nieve, como si fuera Siberia. Veía, al pasar, construciones de antiguos pueblos, bien conservadas. Me llamó la atención una muralla rectangular, en torno a un estanque. Casas de ladrillo y muchas cosas mas. Pensaba que alguna vez debió vivir allí alguien.

De repente estaba en un pueblo, como cualquiera de por ahí, pero diferente, porque no había estado en el nunca. Nos sentamos en un palco de madera un tanto extraño, con asientos inclinados y los pies se apollaban en el asiento del de abajo.

Apareció un hombre que conocía de pequeño, amigo de mi padre y comprendí donde estaba en ese momento. Me saludó dandome la mano, después saludó a Laura con reverencia y se fue. Sabía donde estaba, en el pueblo donde se visita a los muertos.

Miraba para ver si conocía a alguien y me pareció ver a mi abuela María, pero al acercarse supe que no era ella. Laura y yo nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo. Había gente de visita, me pregunta como se podría llegar, que si esto lo supiera la gente seguro que vendría a ver a sus muertos.

Las calles eran desconocidas para nosotros, corrales, patios, ventanas, fachadas y paredes de ladrillo, todo estaba en perfectas condiciones aun teniendo la sensación que allí no vivía nadie. Al poco de estar por ahí oscureció y me di cuenta, se lo dije a Laura, que nadie tenía la luz de casa encendida, solo vi una pero no se porqué.

Volvimos volando a la plaza del pueblo y allí vi mis abuelos Rosario y Manuel, sentados con otras personas a las que no presté atención, solo quería verlos a ellos.
Estaban bien y felices, ellos me lo dijeron, reían y hablaban conmigo que estaba de rodillas al lado de mi abuela y enfrente de mi abuelo.
Los miraba pensando que tenia que aprovechar el momento porque no sabía si se volvería a repetir; comencé a llorar y me desperté llorando.
Es como si hubiera estado allí de verdad, solo me hubiera gustado ver a Andrés y a María también.

martes, octubre 06, 2009

Los atascos de nuevo

Ayer decidí quedarme en la cama un rato mas a dormir, en vez de ir al gimnasio.
Aquí en Madrid la diferencia entre ir al trabajo a las 7:00 en vez de a las 8:00 viene a ser como de 40 minutos mas en hacer el mismo trayecto.

Avanzar un poco es una odisea; cuando un semaforo se va a poner en rojo aún han de pasar 5 o6 coches y de esta forma colapsar el cruze y evitar que avanzen los de los demas carriles, por supuesto cambiar de carril es toda una hazaña, pues como todos estamos moscas vamos a joder a los demás tanto como ellos nos joden a nosotros, por lo que si quieres cambiarte de carril pegate con el siguiente. Otros para los carriles de incorporación a otras vias pues lo mismo, pero mira que eres tonto esperando esa cola infernal, yo soy mas listo que tú y paso de todo y voy hasta el final, después si ocupo un carril y jodo a los que vienen detrás pues que les jodan, pero yo aquí me quedo hasta que me dejen pasar, por mis santos cojones.
Así nos va Por mis santos cojones parece que es la frase que mas nos gusta. Somos mas machos, mas fuertes, valientes, honorables, nos imponemos, pisamos a los demás... etc.

Por eso a mi no me gusta estar metido en toda esta mierda. Me siento abasallado, pisoteado, burlado, engañado, me da la sensación que todos esos hijos de puta me torean y se ríen después porque me pueden, me ganan.
Estar metido en una ciudad como esta, donde lo que mas hace falta es respeto, no me gusta, no me gusta porque siento que hay que ir al ataque de los demás, pasarles por encima, pisotearles, insultarles, lo que sea, pero hacer lo que nos de la gana. Aquí eso de ceder un poco, ser un poco amable de vez en cuando es una mierda para los imbéciles y aquí no tiene cabida.

El otro día alguien decía que en Suecia, no estoy seguro que fuera allí, pero eso es lo de menos, la gente cuando llega pronto al trabajo aparca lejos, para que los que lleguen mas tarde estén mas cerca de la puerta y puedan retrasarse lo mínimo posible. ESto como ejemplo para España, y sobre todo Madrid, viene que ni pintado porque aquí si llegas pronto aparcas en la puerta y además ocupando dos sitios para joder al siguiente. Eso es así y yo lo veo todos los días.