jueves, febrero 05, 2009

Uno de entre tantos otros.

La verdad es que no se si me lo enseñó alguien o lo he imaginado por mi mismo, pero la personalidad y la elegancia es algo que tienen innato algunas personas.
Se puede distinguir por pequeños detalles que apenas son perceptibles, como simplemente la forma de llevar los bajos de los pantalones con unos zapatos de corte deportivo. Es mas, después cuando ves que se apoya en la esquina del compartimento se puede entre ver el reloj que lleva, es uno de esos caros. Eso es tener estilo y sin tener que llamar la atención haciendo protagonista a las vestiduras que se llevan puestas.

Lo que mola, lo chic, lo in, glamuroso, lo que está de moda, fashion, on the wave es ir con estrambóticos peinados, culos cagados, zapatillas verdes de grandes lengüetas retro y un sin fin de combinaciones ambiguas para dar a conocer que uno intenta ser como esos actores y futbolistas que salen por los medios de comunicación y están forrados, tiene éxito. Es la imitación por la imitación, porque mo ir a los sitios y que se piensen de uno lo que realmente no es y después morirse de asco en casa y refregarse de desodorante sin haberse duchado para bajar al supermercado a comprar ya que la cajera tiene un morbo que no veas.

Pienso en el hombre de los hombros ladeados, que pasaba silenciosamente por el pasillo del tren, quién se fija en él. Puede ser un erudito de las matemáticas y estar a punto de dar con la fórmula correcta para la resolución de un gran problema, sin embargo todos ven al hombre de traje que estramboticamente habla por teléfono para que todos se enteren de los negocios y lo importante que es.

En fin uno se baja del tren y allí queda ese hombre, con una maleta de Dubai, la bragueta desabrochada, tan solo un botón, reloj caro y gusto de vestimenta. Baja y sin llamar la atención se va a su casa o a donde quiera que se dirija.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me ha gustado mucho esta entrada!
un saludo