lunes, mayo 11, 2009

Otra semana mas...

Bueno, pues esta semana es corta je je je.
Solo se trabaja hasta el miércoles y después, pues nada tiempo libre. Cómo puede ser que siempre añore tanto esto. Siempre quiero que llegue el viernes para largarme, solo deseo que sea viernes, sábado y domingo. Ni que decir tiene que si fuera sábado siempre mejor que mejor, pero puestos a desear es mejor que haya viernes, porque te dejan saborear el momento de irte y empezar a disfrutar.

Hablando de disfrutar siempre ocurre lo mismo que cuando piensas en algo, cuando lo deseas, el sentimiento que experimenta es mayor, mas satisfactorio que cuando se consigue aquello que se desea. Por ejemplo vamos a suponer una persona que quiere comprarse un coche. Mientras decide que coche, cómo será exactamente y espera a que se lo entreguen en el concesionario, esta persona imagina lo que hará con el coche, lo cómodo que va a viajar, los viajes que va a realizar con él... etc. Sin embargo llega el día de recoger el coche y por supuesto siente un gran gozo por poder conducirlo, tenerlo, disfrutarlo... pero este gozo no es igual de profundo que cuando el coche era una simple idea. Además poco a poco esa sensación va desapareciendo, pues sabe que el coche estará en el garaje cuando lo vaya a coger...

Esto es una manera de explicar aquello que siento, o que sentimos cuando deseamos algo. En fin es la esencia del placer, el disfrutar algo que no tenemos, algo que no nos pertenece, algo que aun no conocemos, algo que no llegamos a alcanzar.



A lo mejor no tiene nada que ver, pero recuerdo cuando era un niño, que muchas veces cuando venían ganas de ir cagar me aguantaba un rato más. Creo que lo hacía por algo parecido a esto anterior que he contado, ya que mientras aguantaba esas ganas sentía una especie de placer, de éxtasis que terminaba indudablemente cuando me sentaba en la taza. durante esos minutos recuerdo que los pensamientos eran como mas gratificantes, más claros, no se eran como de otra manera.

Me acuerdo en casa de mis abuelos paternos, en el cuarto de mi abuelo Andrés, a eso de las 15:00, de rodillas en la silla y apoyado con los antebrazos en la mesa, con algo entre las manos que no recuerdo lo que era. Me vinieron ganas de cagar y allí me quedé aguantando, pensando, imaginando, disfrutando de aquellos instantes efímeros que volarían en breves momentos, cuando fuera al servicio.

1 comentario:

Svayam dijo...

Muy buena entrada kypa!